Peleas con hija adolescente
Peleas con hija adolescentes

"Tengo una hija de 15 años que hasta hace unos meses era tierna y cariñosa con todos en casa pero de la noche a la mañana se ha vuelto agresiva, solo piensa en conversar por teléfono con sus amigas, ir a fiestas, sentirse libre, como me ha dicho en ocasiones. Ya no ayuda en las labores, ni recoge su cuarto, se molesta cuando le pregunto a dónde va y a qué hora regresa. Creo que tiene novio pero no quiere conversar del tema. No sé que hacer, reconozco que está en una edad difícil, quizás adolece del afecto de su padre a quien solo ve una vez al mes, pero me desconcierta su cambio de actitud… Ayúdeme, por  favor". 

Esta desperada carta ha llegado a mi buzón y no ha dejado de conmoverme. 

Madre soltera de hija adolescente


Esta madre soltera que si bien vive una circunstancia común a la de otros hogares con hijos adolescentes, padece la personalísima angustia de no saber cómo lidiar con una historia que para ella es única e irrepetible.

Algunos padres lamentan, medio en broma y medio en serio, que sus retoños no hayan llegado con un manual de instrucciones bajo el brazo. Con ello aluden a la estresante cotidianidad de no saber qué y cómo hacer ante cada una de las cambiantes circunstancias propias de la crianza de un hijo y en particular durante la adolescencia cuando todo suele hacerse más difícil pues requiere de una dosis mayor de paciencia, de habilidades para escuchar y observar y una comprensión sin límites.

Desde que un hijo llega a casa, el tempo del hogar se transforma. Disímiles son los problemas,  alegrías, insatisfacciones y lecciones que aderezan desde entonces la vida, pero justo cuando llegan los 13 ó 14 años se concentran —como nunca antes— trascendentes cambios en las tres dimensiones del ser humano —biológica, psicológica y social—, haciendo de ésta una etapa crucial.

Choque con los hijos adolescentes


En este período, también conocido como la edad del pavo, se hacen más evidentes las contradicciones generacionales —expresadas en casa a través del conflicto padre/ hijo,  tío/ sobrino, abuelo/nieto, etcétera— y en ocasiones devienen en verdadero “choque” en el que todas las partes salen lastimadas.

Pero es aquí donde los adultos deberían apelar a la ventaja que le otorgan sus recuerdos. Sí, valdría desenterrar los días en que, a pesar de la notable diferencia contextual,  también fuimos adolescentes y padecimos una incomprensión similar a la que manifiestan los chicos hoy. Quizás esto haga más fácil comprender que más allá del lugar por donde estallen los conflictos, el primero de todos nace en el propio cuerpo del que ya no es niño, pero tampoco es joven. 

Para los adolescentes todo sucede muy de prisa: de la noche a la mañana se vuelven desgarbados, peludos, llega la primera menstruación en las chicas, el cambio de voz en los chicos; las hormonas comienzan a hacer de las suyas y en ambos sexos aparece la necesidad de una emancipación que en ocasiones, una vez conquistada, pierde importancia.

La cambiante anatomía de estos años hace que los chicos reparen en el espejo como nunca antes lo habían hecho. En no pocos casos, la necesidad de autonomía es canalizada a través de una desmedida rebeldía hacia el entorno familiar y escolar, que desaparece en otros contextos como pueden ser, por ejemplo, un adulto por el que sienten una inexplicable empatía, el círculo más íntimo de amigos o la moda que suelen aceptar de manera totalmente acrítica.

Diferencias entre padres e hijos adolescentes


El sexo es otro de los acápites donde las diferencias entre padres e hijos adolescentes suele ser mayor. Los chicos de hoy viven la sexualidad como una apasionante aventura y ese criterio choca con el de algunos padres que aún confían en la efectividad de métodos ya caducos como la sobreprotección, las prohibiciones, las estigmatizaciones o el miedo. 

En realidad, condenar irracionalmente las relaciones sexuales solo fomenta cargos de conciencia en los chicos que de igual forma lo practicarán y cubre de tinieblas un tema para el que nada vale tanto como disponer, a tiempo, de la información necesaria. Conocer allana el camino y evita los malos ratos que pueden ocasionar las elecciones fallidas, las enfermedades contagiosas o un embarazo no deseado.

Crear en casa un ambiente distendido, de confianza, flexible, es mucho más efectivo que la severidad y la estricta disciplina. Nunca podremos sustituir la complicidad de las amigas, pero sí debemos aspirar a un espacio “insustituible” en el corazón de nuestros hijos. 

Podemos, es más, debemos ceder en aspectos que para ellos son vitales en esa etapa, como la moda (piercing y tientes de cabello incluidos), los gustos musicales y estéticos, las amistades, pero nunca estará bien flaquear en ciertos valores que sostienen la familia y la sociedad como son el respeto hacia sus iguales, en general, y hacia sus padres, hermanos, abuelos… en particular.

Otro asunto innegociable es la responsabilidad para con sus deberes académicos y hogareños; los cuidados con respecto a su salud y la de sus semejantes… Estas certezas, más que mano firme,  les ayudarán a disipar las disímiles dudas propias de la adolescencia y les servirán de brújula para toda la vida.

Educar es sembrar para cosechar a largo plazo y en ese proceso, el aprendizaje debe funcionar en los dos sentidos: los hijos deben convertirse en personas de bien, capaces de valerse por sí mimos, y a los padres les corresponde estar preparados para cuando les toque soltar las riendas. 

Paciencia, amor, buena memoria, sensibilidad, comprensión, tolerancia… son los mejores remedios para la madre que ha provocado estas líneas. Si tiene usted otros consejos que darle, a ella y a otros padres con hijos en edad adolescente, le invitamos a usar nuestras páginas.

Comentarios
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monyg - caso similar Registered | 2009-10-17 19:54:43
hola yo tengo una hija de trece años y mi caso es muy similar ella hasta hace unos años era una linda niña que me ayudaba mucho y de un tiempo aca es grosera, cntesta mal a todo el mundo, no quiere ayudar en nada hemos estado hablando mucho con ella y hemos llegado a acuerdo y a hacer una tabla de obligaciones o responsabilidades de todos en la familia y una tabla de recompensas de acuerdo a lo que se cumpla de las responsabilidades ademas de tratar de fomentar la confianza entre todos y parece que esta funcionando pero lo que mas se necesita es paciencia y amor...
suerte en tu caso
Javier - Estoy en la misma situacion. Registered | 2011-08-29 02:55:35
Yo he tratado de ser paciente con mi hija de 16 anos. Lo que tu describes acerca de tu hija es lo que estoy pasando con mi hija. En ocasiones casi me doy por vencido y quiero dejarla que haga lo que le plasca, pero se que eso seria lo mas facil para mi, pero como la quiero debo no darme por vencido y seguir buscando la formula para ayudarla. Tenemos que tener pedor a Dios que nos ayude a nosotros para poder ayudar a nuestros hijos. Sigue adelante y no te des por vencida. Mucha suerte y pasiencia.
isaaklucha - intentando ayudar Registered | 2011-11-19 10:14:14
Hola buenas, soy un chico de 19 años que en tan poco tiempo he concentrado vivencias de todo tipo. Sobre los grandes problemas de la adolescencia que se mencionan en este blog, he tenido cuando menos, una historia de cada uno...

Llevo tiempo dandole vueltas e intentando ayudar. Este verano ya empece ha hablar con un chico, primo de un amigo mio, que tenia loca a toda la familia. Por el momento vacon buen resultado, ha vuelto a estudiar, habla bien a la madre, etc...

Hoy me he decidido a lanzarme. He decidido crear un blog, que aun tengo que dotar de contenido. En este blog voy a ir escribiendo distintos capitulos de mi historia de forma constante, de tal forma que esto pueda ayudar, tanto a darse cuenta de que las cosas pasan, como que se puede salir de ellas.

Además quiero prestar un servicio de ayuda tanto a padres como hijos e hijas. A nadie le voy a negar el asesoramiento, charla o consulta online, y la gente que solicite ayuda en madrid, intentare hacer tiempo para ayudar personalmente.

He decidido entrar a páginas como estas para ayudar. A dia de hoy el blog se encuentra vacio. Prometo dotarlo de contenido y medios de contacto durante esta semana que empieza. El blog es el siguiente:

http://luchacontratusproblemas.blogspot.com

Espero veros por allí para poder ayudaros.
lum Registered | 2012-10-30 15:25:49
Yo no tiré la toalla pero no pudimos con ella y actualmente la tengo viviendo con unos familiares cercanos, y no tenemos contacto, al menos no de momento, necesitamos tiempo, pues ha sido unos años infernales el convivir con un animal que en vez de ser persona nos daba coces y repudiaba a su hermanito, primero creimos que eran celos, pero no fue eso, lo que la cambió fue las amistades del instituto al que iba poco a poco fue doblándose y nos dejó de querer, hoy por hoy tomé la decisión más dura que toda mi vida, alejarla de nosotros para que no nos adcidentara más, ni nos diese jugadas traperas por la espalda, no creo hacer mal ninguno, pues nos fiamos del equipo médico que la atendió, acabó en un hospital psiquiátrico y al final fue la decisión de madre lo que la paró en seco, el seguir comportándose como un animal desbocado. Y no hay vuelta para atrás han de pasar algunos años para que ella vea lo que tenía y ha perdido y nosotros no podemos darle pistas, tiene que entenderlo ella, vivirlo, experimentarlo. Y es muy duro...
Mónica de Lenceriasexy - Es lo normal IP:83.55.125.159 | 2013-01-04 02:05:49
Yo solo quería recordaros vuestra adolescencia, yo en la mía también pasé por la época en la que mis padres eran lo peor y no me dejaban hacer nada pero poco a poco cuando vas madurando vuelves a encontrar en ellos los mejores amigos y aliados.
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