Una de las preocupaciones de mi amiga Xiomara es la presión que ejerce su hija Gabriela, de 10 años, para que le autorice a ponerse un piercing en la nariz.Es cierto que estéticamente no habría por qué impugnar esta moda postmodernista, de hecho X reconoce que de haberse impuesto una década atrás, lo más probable es que ella misma, que hoy tiene 38, hubiera optado por llevarla, no así los de la lengua, barbilla, órganos sexuales o senos, sitios que, junto a otra larga lista, figuran entre los destinos más frecuentes de los piercing y que tienen otras implicaciones para la salud.
Pero 10 años es una edad escandalosamente temprana para marcarse el cuerpo con modas, que como todas, pasan. Un corte de cabello, un diseño y hasta un color son fáciles de mudar pero una perforación, como un tatuaje, dejará marcas que posiblemente durarán toda la vida.
Quizás Gabriela ha llevado a casa este conflicto de manera prematura, pero el tema de emplear el cuerpo como soporte, es sin dudas uno acerca de los cuales la modernidad se ha proyectado rompiendo las barreras que estigmatizaban los tatuajes y perforaciones como costumbres de pueblos bárbaros o de sectores poblacionales marginales.
Afortunadamente el respeto a la diferencia se expande y aunque la respuesta de mi amiga fue un NO, llevaba detrás la coletilla de POR AHORA. Es posible que dentro de unos años Gabriela lleve feliz su puntito metálico en la nariz pero si usted se ha encontrado en una situación similar y ha optado por un SI, aquí le dejo algunos consejos que le evitará sufrir ciertas enfermedades que a fin de cuentas son lo verdaderos peligros de esta moda.
¿Sí o no a un piercing?
1. Medite bien la decisión. Los tatuajes y perforaciones son muy difíciles de eliminar.
2. No se tatúe o perfore si padece alguna enfermedad o infección, en esas circunstancias las defensas inmunológicas están disminuidas y pueden aparecer enfermedades “oportunistas”.
3. Tampoco lo haga si padece alguna enfermedad en la piel como dermatitis, acné o psoriasis.
4. Evite esta moda si usa anticoagulantes, padece alteraciones sanguíneas o enfermedades cardiacas congénitas.
5. A pesar de la nobleza que encierra el acto de donar sangre, no lo haga hasta después de transcurridos no menos de 12 meses desde la última perforación o tatuaje.
6. Consulte con su médico de cabecera ante cualquier duda o si aparece fiebre, enrojecimiento, inflamación, dolor o molestias en la zona de la intervención.
7. Acude a un establecimiento que garantice unas correctas condiciones de higiene y que esté registrado en las instituciones de salud correspondientes.
8. Cerciórate de que la persona que realizará el piercing o tatuaje se lava las manos antes de tocar algunos de los implementos que deben ser desechables o estar adecuadamente esterilizados, que usa guantes también estériles y que te limpia y desinfecta la piel antes de comenzar a trabajar.
9. No fumes ni bebas mientras realizan el trabajo, ni permitas que otros lo hagan cerca de ti en ese momento.
10. Evita los tatuajes y perforaciones en las zonas donde tengas lunares, verrugas, pecas, manchas, quemaduras o cualquier otra lesión de la piel.
11. Pide factura pues ésta te será útil en caso de reclamación.
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