¿Por qué muchos jóvenes adolescentes beben tanto alcohol en los fines de semana? Muchas son las razones que llevan a los chicos y chicas adolescentes a consumir alcohol y beber hasta la borrachera.
Desinhibición
Los adolescentes buscan en el alcohol la posibilidad de desinhibirse y estar más seguro: El beber le hace perder la timidez y le da valor para afrontar situaciones nuevas para las cuales no se siente preparado. Buscar el alcohol como muleta contra la timidez ocurre especialmente entre los adolescentes entre 14-18 años.
Integración en un grupo de adolescentes
El adolescente siente la necesidad de afiliación a un grupo de adolescente para sentirse integrado socialmente. El problema es que una de las formas de conquistar esta integración es imitar las conductas de los demás jóvenes del grupo.
No soy más un crio
El adolescente siente la necesidad imperiosa de afirmar y expresar su identidad y demostrar que no es un niño. Quiere decir a todos en voz alta que ya no es un crío. Y eso le impulsa a beber y emborracharse.
Placer y evasión
Los adolescentes viven una interminable búsqueda de placer y evasión. Por eso, y por la cultura de nuestra sociedad, bebe por todo. Bebe para pasárselo en grande, bebe porque es divertido, bebe para ligar, beber para huir y no desafiar los problemas. O sencillamente bebe porque no hay otra cosa que hacer.
Beber para ligar
Una de las principales razones para los adolescentes se iniciaren en el alcohol y beber mucho es para intentar dar los primeros pasos para iniciar una relación sentimental.
Hijos adolescentes sin límites
No podemos esperar que un hijo adolescente no beba si son padres permisivos que les permiten estar de fiesta hasta las 5 de la madrugada. Es muy probable que no beban solo agua o refrescos cercados de un ambiente que fomente el consumo de alcohol y el botellón.
Además de todas estas razones, haya que resaltar una información insuficiente por parte de padres y educadores, una falta comunicación familiar, así como la falta de normas y pautas educativas en la familia. Un padre o una madre que bebe con frecuencia no pueden ser una buena referencia para sus hijos.
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