El segundo tumor cancerígeno más frecuente entre los adolescentes, entre 11 y 16 años de edad, es el sarcoma de Ewing. Este cáncer es un tumor en vasos sanguíneos, huesos, músculos o cartílagos de los jóvenes. Aunque puede presentarse a cualquier edad, las estadísticas muestran que es muy frecuente en la pubertad, además de que afecta con mayor frecuencia al sexo masculino.
Las estructuras óseas que se ven más afectadas por este tipo de sarcoma son pelvis y huesos largos (húmero, cúbito, radio, fémur, tibia y, ocasionalmente, peroné).
No obstante, el advenimiento de las técnicas de diagnóstico modernas ha permitido identificar desde hace 15 años que el sarcoma de Ewing también afecta tejido blando (aquel que se ubica en músculo y otros tejidos blandos).
El tumor que se origina en los huesos puede aparecer desde los 0 a 18 años y es el más común y se caracteriza por crecimiento de alguna parte ósea. El tumor que se origina en tejidos blandos se presenta entre los 3 y 5 años.
El paciente con sarcoma de Ewing, a veces llega a existir dolor leve en la zona afectada lo que el inicio de la enfermedad es difícil precisar. Por eso es muy peligroso, cuando se diagnostica, el adolescente suele mostrar un tumor en grado avanzado.
Ahora bien, si la tumoración se presenta en las extremidades, sin duda, se torna muy evidente, produce dolor y hay deformidad en el lugar, por lo que el diagnóstico resulta más sencillo y se efectúa de manera temprana.
Si el tumor no se identifica de manera precisa y, por tanto, se le deja evolucionar, comienza a diseminarse a otras partes del organismo; a este proceso se le conoce como metástasis. Las partes del cuerpo más comunes adonde se disemina este cáncer son, en primer lugar, los pulmones, aunque también puede llegar a otros huesos y ganglios linfáticos. Al llegar la metástasis a los campos pulmonares, el paciente ingresa al hospital con dificultad respiratoria.
Cáncer en los huesos en niños y adolescentes
Cuando el médico sospecha o detecta el tipo de tumor descrito, tiene que canalizar al paciente para que reciba tratamiento inmediatamente. Al detectarse los tumores por medio de estudios radiográficos es necesario realizar una biopsia, lo que implica extraer muestra del tumor para que sea analizada por el patólogo, quien confirmará el diagnóstico de la enfermedad. El tratamiento está basado en tres acciones: cirugía, radioterapia y quimioterapia.
Los pacientes con tumores localizados (que se encuentran en un solo lugar del cuerpo) tienen mayores posibilidades de curación total que aquellos que tienen el cáncer diseminado. Las posibilidades de curación completa de un paciente con sarcoma de Ewing localizado son de 75% y si lo tiene diseminado, las esperanzas se reducen a 20%.
Todo niño y adolescente debe tener un pediatra o médico de cabecera para que cuide de su crecimiento y desarrollo. Infelizmente, muchos padres después que sus hijos cumplen 10 u 11 años, ya no llevan a sus hijos al médico, a menos que estén enfermos y se sientan muy mal. Hay que llevar un niño o adolescente por lo menos una vez al año después de los 8 años de edad.
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