México registra altos porcentajes de embarazos en adolescentes y, según especialistas, el problema seguirá si no se atiende la insuficiente educación sexual, la falta de disponibilidad de métodos anticonceptivos, el que haya maestros poco preparados y gobiernos locales que obstaculizan políticas públicas en la materia.
Los expertos ponen especial énfasis en la resistencia social y política para atender el problema y advierten la posibilidad de un grave retroceso al respecto.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSyN) 2006 reporta que la tasa de embarazo en niñas y adolescentes de entre 12 a 19 años fue de 79 por cada mil mujeres. En el informe se estima que 695 mil 100 adolescentes han estado embarazadas alguna vez.
Según el informe "La infancia cuenta en México 2006" de la Red por los Derechos de la Infancia en México, en el año 2000 hubo 179 mil 413 adolescentes entre 15 y 17 años de edad con al menos un hijo, y en 2005 se registraron 164 mil 108.
Con base en la estadística por entidad federativa, Quintana Roo ocupa el primer lugar con 7%, le siguen Baja California Sur, Chiapas y Chihuahua, con 6.9%.
Querétaro está en última posición con 3.9%, muy de cerca están Yucatán y el Distrito Federal, ambos con 4%. El director de la red, Gerardo Sauri, aclaró que hay un sesgo en la información porque "no estamos hablando de una edad importante, 12 y 14 años, donde sabemos que ocurren estos casos. Hay un vacío importante de datos".
Cada año la incidencia por estados varía: Chiapas tuvo un decremento de 2.2%, Zacatecas incrementó su proporción en 23% y sólo Quintana Roo ha mantenido altos porcentajes en el quinquenio.
¿Por qué Quintana Roo?
Adriana Leona Rosales, especialista en estudios de género de El Colegio de México, detalló que en la entidad aumentó significativamente el número de embarazos adolescentes en cinco años porque "siguiendo los datos del censo de población se triplicó, estaba en 25 mil casos detectados y ahora son unos 87 mil".
La investigadora indicó que al ser una zona turística con población flotante, "llegan migrantes y se generan problemáticas asociadas a la falta de educación sexual".
En Cancún, dijo, "se ha dado el problema serio de prostitución infantil y resulta increíble que las autoridades no pongan empeño en promover la educación para la sexualidad".
En el estado, abundó, se planeó un programa destinado a promover los derechos humanos. "Uno de los rubros era dar educación sexual con perspectiva de género pero desafortunadamente no se hace".
Adolescentes embarazadas, mujeres reproductoras
Otro de los factores que influye, sostiene Rosales Mendoza, son los patrones culturales. La idea de tener hijos está asociada a la sobrevaloración social de la maternidad, "el educar a las mujeres para ser madres".
Mencionó que en algunas comunidades, las chicas de 20 años que no están casadas son mal vistas y por eso hay niñas que a los 13 y 14 años son mamás.
Carlos Welti Chanes,presidente de Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam), refirió que en zonas rurales el embarazo está relacionado con el tiempo social, "quien llega a los 25 años y no ha sido madre entra en situación de crisis existencial, más si no se ha casado, porque representa la única forma de valoración social".
Hizo una distinción entre tasa de embarazo y tasa de nacimiento.
Aseguró que en países como Estados Unidos, la tasa de embarazos es superior a la de nacimientos porque allá se puede decidir la interrupción de la gestación.
En su estudio "Embarazo adolescente del sureste de México", la investigadora Esperanza Tuñón indica que en EU la respuesta más común frente a un embarazo no deseado es la interrupción del mismo; en Argentina es que los futuros padres continúen viviendo con su familia, mientras que en México, lo más aceptado es el matrimonio o la unión libre.
"Para las mujeres el inicio de la vida sexual está asociado con el matrimonio y la maternidad como proyecto de vida; para ellos es un reconocimiento de la masculinidad", dijo. Predominan conservadores
No basta con proporcionar información a los jóvenes, sostiene María Antonieta García, de la Fundación para el Maestro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), "hay que tratar de otra forma estos temas; la educación sexual corresponde a padres, maestros y a la sociedad".
Explicó que han encontrado reticencia de padres de familia en diversas zonas de nuestro país, quienes no quieren que en clase se traten este tipo de temas.
Sin embargo, distintos análisis advierten otros actores que también interfieren.
"Algunos gobiernos locales obstaculizan el desarrollo de políticas públicas en la materia, como es el caso de las resistencias a la incorporación de los libros de texto de Ciencia I en Morelos, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Aguascalientes, Guanajuato y Yucatán y no sorprende que en estos tres últimos, la presencia de embarazos adolescentes esté al alza", indica la citada red en su informe.
Para Adriana Rosales es claro que en clase se aborda sólo la parte reproductiva y biológica sin tocar temáticas de sexualidad.
"En algunos estados se prohibieron libros bajo el argumento de que se atentaba contra la moral. Se proponía incluir vinculaciones afectivas y de erotismo, ahí estuvo la censura, en el libro se habla de la diversidad sexual, del derecho al placer, temas que causan angustia en varios sectores de la sociedad", dijo.
A la lista de entidades, la académica agregó a los estados de Sonora, Baja California, Guanajuato y Yucatán "porque sus gobernadores siguen una tradición conservadora".
Consideró que la combinación de cuestiones culturales y religiosas "se empeñan en hacer a la mujer en función de la maternidad. En México el problema fundamental es la vuelta al conservadurismo".
Chanes advirtió que si los programas antes impulsados retroceden, "los embarazos adolescentes y enfermedades de transmisión sexual se pueden incrementar".
Las adolescentes sin preparación suficiente
El panorama se agrava al revisar la preparación de los maestros en cuanto a educación sexual.
"Arrastran sus propios prejuicios y tienen bajos niveles de información en la materia", consideró Sauri.
Con base en estudios de casos, explicó que en las escuelas se llega a pensar que un embarazo es un asunto que puede llegar a ser contagioso o de imitación.
María Antonieta García, de la Fundación para el Maestro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, reconoce que los docentes no están preparados para dar este tipo de educación:
"Los maestros necesitan mayor capacitación no sólo para tratar el tema sino para atender a las alumnas embarazadas", señaló.
Carencia de políticas
La falta de políticas de educación y salud sexual a edades más tempranas se refleja en la problemática de los embarazos precoces, coinciden los especialistas.
"No existe realmente una educación sexual, se da poca información y los jóvenes tienen acceso limitado a los medios que eviten un embarazo o que impidan que el desarrollo embrionario concluya con un nacimiento", destacó Welti Chanes.
En su opinión faltan más campañas de información para que los jóvenes tengan métodos de control natal accesibles.
"Los jóvenes no siempre están informados, se sienten inmunes a las enfermedades y la desinformación también se da entre adultos porque se considera que la educación sexual promoverá la promiscuidad y eso es equivocado", concluyó.
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